Desde pequeño, en mi casa hemos vivido esta noche como un día muy especial. En mi casa nunca ha venido el gordito de rojo. Las tradiciones hay que respetarlas, y en mi casa como los Reyes los encargaban mis padres... pues eso...
Esta noche es mágica. Salimos a cenar con los amigos y primos. Y desde que tenemos cierta libertad económica, hacemos el amigo invisible en mi casa (por lo atenuar el modelo consumista extremado). Cada uno tiene su esquina del salón en casa de mis padres, con su nombre y cuando volvemos de fiesta, los Reyes les dejan sus regalos correspondientes. Nunca faltan pastas para los Reyes y algo para los camellos (que no renos). En casa siempre hemos sido de Melchor, y la verdad desconozco la razón.
Melchor (Foto: Baltasar, Iluminación: Gaspar)
Siempre te cae algún regalo más, y siempre algo que no te esperas. Yo siempre estoy muy nervioso esa noche, y no puedo reprimirme abrir los regalos y montar un titirigay de aupa, a las tantas de la mañana. Sólo nos tenemos que ver la cara de flipados que ponemos todos... es uno de los mejores ratos del año. ¡¡UHF!! Que ganitas se me están poniendo ya!!!!!
Yo este año he sido bueno, y creo que algo me dejarán. Ya os contaré. Yo a los Reyes, para mis amigos invisibles, les he pedido varias cosas. ¿Acertaré?
Espero que tanto a los que ya os haya dejado el gordito de rojo, las cosas que esperabais (o no), o los que como yo, tengamos que esperar hasta mañana, para ver lo que nos han dejado los Reyes majos (que majos que son), que todos vuestros deseos se os hagan realidad en esta noche mágica, o durante el año y os lo paséis CHACHI PIRULI JUAN PELOTILLA.
Por todo esto, y por mucho más, yo soy de los Reyes Magos, pero... a mí el gordito de rojo... me pone.
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