En un domingo lluvioso en Teruel, con mis padres rondando por el cuarto de estar de su casa, en el que como oKupa ocasional estoy en una mesa, en la que luego comeremos con mi hermano Jesús y su señora Vanesa, me he guardado 10 minutos para pensar y reflexionar sobre la prensa de hoy.
En El País es su versión digital he encontrado un artículo que me ha ayudado a centrar algunas ideas. Hace días que me rondaba por la cabeza ciertas ideas sobre la educación artística en la educación de hoy. Me voy a referir hoy a la educación artística visual, y no la musical, que tendrá su momento (espero).
Como defensor de una educación integral, considero que la educación artística está infravalorada en esta sociedad. Creo que esto es una gran paradoja, cuando estamos en una sociedad que es fundamentalmente audiovisual.
Esta infravaloración de todo lo que tiene que ver con “lo manual”, tanto artístico, como físico, lo arrastramos desde la mal nacida creación de la dualidad entre CUERPO-MENTE, en la época de la filosofía clásica griega y la consabida interpretación religiosa de la mente como lo puro, y el cuerpo como lo impuro. Aspecto este, en el que no me detendré ahora.
Creo que los poderes políticos, financieros, empresariales, etc., ejercen una influencia brutal en el ciudadano a través de la imagen. Influencia que en ciertos momentos, podríamos decir que pretende hasta la manipulación de los mismos.
Educar la imagen y no sólo en lo evidente, sino lo que hay detrás de ella, me parece importantísimo y crucial para el crecimiento en libertad del ciudadano. Es lo que en algunos ámbitos se denomina "educar la mirada". Este discurso no es mío, es “robado” de Fernando Alvira (Ver su blog). Discurso que me ha calado y que suscribo.
En El País es su versión digital he encontrado un artículo que me ha ayudado a centrar algunas ideas. Hace días que me rondaba por la cabeza ciertas ideas sobre la educación artística en la educación de hoy. Me voy a referir hoy a la educación artística visual, y no la musical, que tendrá su momento (espero).
Como defensor de una educación integral, considero que la educación artística está infravalorada en esta sociedad. Creo que esto es una gran paradoja, cuando estamos en una sociedad que es fundamentalmente audiovisual.
Esta infravaloración de todo lo que tiene que ver con “lo manual”, tanto artístico, como físico, lo arrastramos desde la mal nacida creación de la dualidad entre CUERPO-MENTE, en la época de la filosofía clásica griega y la consabida interpretación religiosa de la mente como lo puro, y el cuerpo como lo impuro. Aspecto este, en el que no me detendré ahora.
Creo que los poderes políticos, financieros, empresariales, etc., ejercen una influencia brutal en el ciudadano a través de la imagen. Influencia que en ciertos momentos, podríamos decir que pretende hasta la manipulación de los mismos.
Educar la imagen y no sólo en lo evidente, sino lo que hay detrás de ella, me parece importantísimo y crucial para el crecimiento en libertad del ciudadano. Es lo que en algunos ámbitos se denomina "educar la mirada". Este discurso no es mío, es “robado” de Fernando Alvira (Ver su blog). Discurso que me ha calado y que suscribo.
Conozco algunas iniciativas que me gustaría incorporar al centro en un periodo breve de tiempo, como es el de cine forum, arte-forum (fotos, relatos, postales, etc.) sobre temas de educación. Reservar dos o tres horas en el horario semanal del alumnado y del profesorado, para seleccionar películas y ponencias, escucharlas, verlas y poder analizar y reflexionar sobre su mensaje explícito e implícito. Me parece una iniciativa interesante para compartir espacios y tiempos, e ir construyendo una cultura colectiva sobre la educación y su importancia para transformar actitudes y mentalidades sociales. Ya os iré contando, que tengo muchos frentes abiertos y esto lo pienso para los próximos planes de estudio y su horario más flexible. Chissssss, un cuchicheo. Habrá que cambiar algunas mentalidades y INERCIAS, en este centro o esperar a que se jubilen, para poder hacerlo.
Sigo disfrutando de un domingo en familia en Teruel y os dejo con el artículo de JAVIER OCAÑA (El País, Madrid - 14/04/2008).
¿Existe una pedagogía de las artes? ¿En qué se diferencia la enseñanza artística de la educación artística? ¿Se puede enseñar el arte o simplemente se encuentra, se transmite, se experimenta? ¿Cómo exponer a los niños un encuentro con el cine? A finales de 2001, el entonces ministro de Educación Nacional del Gobierno socialista francés, Jack Lang, encargó a Alain Bergala, cineasta, ex redactor jefe de la prestigiosa revista especializada Cahiers du Cinéma y profesor de Cine en la Universidad de París, la elaboración de un proyecto para introducir el séptimo arte en la escuela. La hipótesis del cine: pequeño tratado sobre la transmisión del cine en la escuela y fuera de ella, publicado en España por la editorial Laertes, da cuenta del trabajo de Bergala e intenta responder a esas cuestiones.
Lejos de la extendida teoría bautizada como "De Pokémon a Dreyer", según la cual habría que partir de lo que a los niños les gusta de manera espontánea para conducirlos poco a poco hacia películas más difíciles, Bergala aboga por la "formación del gusto" a través de un proceso que incluiría los siguientes elementos: organizar la posibilidad del encuentro con las películas, entre ellas los 400 golpes de François Truffaut y Los contrabandistas de Moonfleet, de Fritz Lang; señalar, iniciar, convertirse en pasador; aprender a frecuentar las películas, y finalmente tejer lazos entre ellas.
Con todo ello, el propósito de esta pedagogía de las artes no sólo residiría en reducir las desigualdades, sino también en desarrollar el espíritu crítico y revelar en los chavales cualidades como la intuición y la sensibilidad. Aunque Bergala parte de una base tan lógica como habitualmente olvidada: que se puede discutir sobre el arte y se puede debatir sobre las opiniones, pero de ningún modo se puede discutir sobre los gustos. Estas sensibilidades dependen demasiado de la singularidad de cada uno, de su ser más íntimo, como para llegar a ser negociables. Y más si se tiene en cuenta que cuando hablamos de un medio tan extendido y de fácil acceso como el cine, los niños no han tenido que esperar a que se les enseñe a leer y analizar las películas para colocarse a sí mismos en la posición de espectadores, y sentirse perfectamente competentes, incluso antes de cualquier aprendizaje.
En La gaya ciencia, Nietzsche hablaba de la necesidad de la "extrañeza" ante la verdadera obra de arte, la que no es identificable de inmediato, la que pide un esfuerzo para revelarse lentamente. Y ahí se apoyan las teorías del antiguo redactor jefe de Cahiers du Cinéma, en el rechazo de las películas biempensantes, absolutamente seguras de sus tesis; en la desconfianza ante el criterio de "lo que funciona" en los colegios; en la huida de las mercancías culturales de rápido consumo, rápida caducidad y obligatoriedad social. Así, el objetivo último de su aproximación al cine como arte sería que el espectador experimentara la emoción, no ya con la historia en sí, sino con la creación misma.
2 comentarios:
José, me das permiso para coger lo de "Un blog se alimenta de tus comentarios"??
UN saludo
No te tengo que dar permiso Veli. Pincha sobre el dibujo y te lleva al blog donde lo saqué.
Un abrazo y parece que este fin de semana habéis visto algo de luz. Aun os meteréis en UEFA!!!!
Un abrazo
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