Hace unas fechas, llegó este libro a mis manos. Vino de la mano de una persona especial. A esta persona también se lo hizo llegar otra persona especial. Una vez más se confirma que el conocimiento es una cadena maravillosa.
Con un título sugerente, el libro me cautivó y le he dedicado un tiempo para empaparme de sus reflexiones. Algunas de ellas, las llevamos haciendo ya, algún tiempo, pero que al verlas impresas da otra sensación de “estar en el onda”. Recomiendo la página web del autor (Verla)
La referencia es la siguiente: Meirieu, P. (2006). Carta a un joven profesor. Barcelona. Graó.
Este es el libro para la práctica 1 de la asignatura de Didáctica de Educación Física, del curso que viene. Así que esta entrada va dirigida a mis queridos y queridas alumnos/as del curso que viene.
Muy recomendable para los que nos creemos eso de la educación integral y más para los que no se lo creen, y comiencen a abrir sus ojos tapados al servicio de intereses alejados del cole.
La contraportada dice así:
Sentís el deseo de transmitir y la pasión de enseñar: Queréis enseñar a leer y a dibujar a los niños y a las niñas; enseñar historia, matemáticas, educación física o electrónica a los adolescentes. Por eso os habéis convertido en profesores y profesoras… o vais a serlo.
No tomasteis la decisión para consumiros tratando de imponer disciplina. Ni para desmoronaros a causa de reformas ministeriales contradictorias y directrices oficiales esotéricas. Ni para intentar desesperadamente cerrar las brechas de una sociedad volcada por completo en la diversión y el individualismo.
Tanto es así que, en ocasiones, os preguntáis si no os habéis equivocado de profesión. O si no os han engañado sobre ella.
Me gustaría convenceros de que no es así en absoluto. Me gustaría demostraros que podéis estar plenamente capacitados para ejercer la transmisión del saber y, al mismo tiempo, asumir la dimensión política de vuestra labor. Puesto que la propia esencia del acto de enseñar se forja la educación del ciudadano y se construye una sociedad democrática…
Para los jóvenes profesores y también para los demás… Para aquellos que están preocupados por el futuro de nuestra escuela. No he querido eludir ninguna cuestión y he ido a situarme donde, hoy, las tensión son más palpables.
Con un título sugerente, el libro me cautivó y le he dedicado un tiempo para empaparme de sus reflexiones. Algunas de ellas, las llevamos haciendo ya, algún tiempo, pero que al verlas impresas da otra sensación de “estar en el onda”. Recomiendo la página web del autor (Verla)
La referencia es la siguiente: Meirieu, P. (2006). Carta a un joven profesor. Barcelona. Graó.
Este es el libro para la práctica 1 de la asignatura de Didáctica de Educación Física, del curso que viene. Así que esta entrada va dirigida a mis queridos y queridas alumnos/as del curso que viene.
Muy recomendable para los que nos creemos eso de la educación integral y más para los que no se lo creen, y comiencen a abrir sus ojos tapados al servicio de intereses alejados del cole.
La contraportada dice así:
Sentís el deseo de transmitir y la pasión de enseñar: Queréis enseñar a leer y a dibujar a los niños y a las niñas; enseñar historia, matemáticas, educación física o electrónica a los adolescentes. Por eso os habéis convertido en profesores y profesoras… o vais a serlo.
No tomasteis la decisión para consumiros tratando de imponer disciplina. Ni para desmoronaros a causa de reformas ministeriales contradictorias y directrices oficiales esotéricas. Ni para intentar desesperadamente cerrar las brechas de una sociedad volcada por completo en la diversión y el individualismo.
Tanto es así que, en ocasiones, os preguntáis si no os habéis equivocado de profesión. O si no os han engañado sobre ella.
Me gustaría convenceros de que no es así en absoluto. Me gustaría demostraros que podéis estar plenamente capacitados para ejercer la transmisión del saber y, al mismo tiempo, asumir la dimensión política de vuestra labor. Puesto que la propia esencia del acto de enseñar se forja la educación del ciudadano y se construye una sociedad democrática…
Para los jóvenes profesores y también para los demás… Para aquellos que están preocupados por el futuro de nuestra escuela. No he querido eludir ninguna cuestión y he ido a situarme donde, hoy, las tensión son más palpables.
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