Hoy domingo, 18 de mayo de 2008, me he levanto y he dicho, ¿qué hago? Pues…. Irme a Madrid. Y me he cogido el AVE a Madrid y a las 10,30 estaba en la capital de España.
Es broma. NO lo de Madrid, que es verdad, si no la improvisación de la decisión de hacer el viaje. Lo teníamos decidido desde el viernes. Nuestro grupo de investigación necesitaba unos acelerómetros para seguir una investigación y hemos tenido que ir a Madrid a recogerlos.
Tomando un café con un bollito en la estación de Atocha, haciendo tiempo para coger el AVE de las 11,30, se han sentado a mi lado una pareja de españoles con sus dos hijos, un niño y una niña. La niña preciosa, de ojos azules cielo y pelo cortito moreno de unos tres años. El niño, rubio de ojos azules de 7 meses (calculo).
Una estampa normal de cafetería de estación de tren, si no fuera porque la madre y el padre les hablaban tanto en ingles como en castellano. Lo sorprendente es que los niños respondían a ambos estímulos lingüísticos de forma similar.
Impresionante. Que envidia sana.
Y nosotros (España y las comunidades autónomas) con el debate de que si la fabla, el catalán, el gallego y el euskera, etc., para defender el patrimonio cultural lingüístico repartido por la piel de toro.
Me ha dado la sensación que esto es como elegir, entre coger un tren regional con parada en tu “pueblo”, o coger un AVE con paradas en todas las estaciones del mundo.
Es una mera cuestión de funtamentalidad del aprendizaje. Un aprendizaje es más fundamental, tanto en cuanto sea más generalizable. Nosotros mismos.
Yo y para mis hijos, me apunto a coger el AVE.
Y me voy que pierdo el AVE de las 11,30 a Zaragoza.
Feliz domingo.
Es broma. NO lo de Madrid, que es verdad, si no la improvisación de la decisión de hacer el viaje. Lo teníamos decidido desde el viernes. Nuestro grupo de investigación necesitaba unos acelerómetros para seguir una investigación y hemos tenido que ir a Madrid a recogerlos.
Tomando un café con un bollito en la estación de Atocha, haciendo tiempo para coger el AVE de las 11,30, se han sentado a mi lado una pareja de españoles con sus dos hijos, un niño y una niña. La niña preciosa, de ojos azules cielo y pelo cortito moreno de unos tres años. El niño, rubio de ojos azules de 7 meses (calculo).
Una estampa normal de cafetería de estación de tren, si no fuera porque la madre y el padre les hablaban tanto en ingles como en castellano. Lo sorprendente es que los niños respondían a ambos estímulos lingüísticos de forma similar.
Impresionante. Que envidia sana.
Y nosotros (España y las comunidades autónomas) con el debate de que si la fabla, el catalán, el gallego y el euskera, etc., para defender el patrimonio cultural lingüístico repartido por la piel de toro.
Me ha dado la sensación que esto es como elegir, entre coger un tren regional con parada en tu “pueblo”, o coger un AVE con paradas en todas las estaciones del mundo.
Es una mera cuestión de funtamentalidad del aprendizaje. Un aprendizaje es más fundamental, tanto en cuanto sea más generalizable. Nosotros mismos.
Yo y para mis hijos, me apunto a coger el AVE.
Y me voy que pierdo el AVE de las 11,30 a Zaragoza.
Feliz domingo.
2 comentarios:
Pues en mi pueblo, desde que pusieron el AVE (que no pasa por mi pueblo), el servicio ha empeorado una barbaridad: han quitado personal y reducido el número de trenes.
Otra cosa es que me parece carísimo como transporte alternativo, será que los hacen sólo para ejecutivos y clase media-alta... ¿quién necesita llegar a Madrid en 2 horas?
Yo sigo cogiendo el autobús y haciendo auto-stop si toca, que los de a pueblo también nos las sabemos apañar muy bien.
Compañero/a, se lo estás diciendo a uno de Teruel...
Creo que son cosas diferentes. Creo que ha quedado claro que he utilizado una metáfora con el tren.
Pero agradezco tu participación.
Saludos desde el balcón de casa de mis padres, viendo la estación de Teruel... que está sufriendo cambios.... (ya veremos cuales)
Publicar un comentario